jueves, 22 de marzo de 2012

CAMBIOS! (?)

BUENAS GENTE!

Bueno me comentaron varias personas que no pudieron comentar la entrada por culpa de un problema con el captcha, no tengo ni idea de como arreglarlo, pero investigaré, lo prometo. (Ya sabemos todos como son mis promesas... XD)

Pero en fin vayamos al tema.
Esta semana pasada han sido las fallas en Valencia y, después de 5 días desaparecida de mi casa, viviendo FUSIONADA al chufo ese que tengo por amiga, decidimos aprovechar el último día de fiesta, libertad y tiempo libre (osease, el martes) para venir a mi casa y ponernos con alguna que otra customización...

Los sujetos en cuestión? Zerstören y Sulfair.

Ya nos pusimos hace algún tiempo con la custom de Sulfair:
-Garras
-Orejas élficas
[Que porcieeeerto, ese mismo día lijé el pecho de Araziel y rehice sus pezones y ahora es un "hombre" adorable. Oh, tambien nos encargamos del asunto que YA tiene entre las piernas]

Pero faltaba darles el acrilico y demases fases jorriblemente pesadas para cubrir el epoxy, además de remaquillar al señor, ya que al primer maquillaje Sandra le cogió IRA (la entiendo, a mi me pasó igual) y el segundo no llegó a salir, así que ya tocaba. Por otro lado no se si lo había comentado ya, pero yo tambien le habia cogido asquete al primer maquillaje de Zers, además de que quería abrirle MÁS los ojos, so me puse a ello yo también.

Y ahora ya si, os dejo las fotos para que apreciéis los cambios! (Al menos de Zers, los de Sulfair que os los detalle su dueña y no sea tan vagamierda)




Y aqui la comparativa de como está y como era cuando llegó:





Nada, esto es todo!
Espero poder abrir pronto el puesto de maquillajes c:

Hasta la próxima!

martes, 28 de febrero de 2012

Capítulo II. "Discovery" [N]


Habían pasado ya más de 150 años desde que me arrebataron todo lo que tenía. Dos siglos vigilando las puertas de aquel horrible lugar, convertido en algo que nunca deseé. Ya estaba acostumbrado a mi nuevo nombre, pero aun así cada vez que se referían a mí como Anubis, sentía como lo poco que quedaba de mi antiguo yo se fragmentaba un poco más.

Si bien es cierto que aquel era un trabajo horrible, nunca me había visto en una situación como aquella. Me consolaba pensando que todos aquellos gritos y súplicas eran falsas, que  sus condenas estaban justificadas, confiaba en que engañarme de esa manera me ayudaría a conservar la cordura. Por eso cuando aquellos rumores llegaron a mis oídos sentí que el alma, junto a toda aquella fuerza de voluntad que con tanto esmero había protegido, se me caían a los pies.

Al parecer, el “jefe” había recibido un encargo especial; el señor de nuestros vecinos, los ángeles, había decidido castigar a uno de los suyos con la condena eterna.
Según me habían comentado mis compañeros, Horus y Osiris, tras el último juicio, hacía siglos que una de esas perfectísimas criaturas no pisaba nuestro territorio y yo sería el encargado de arrastrarlo hasta él. Sus palabras flotaron en el mar de pensamientos que es mi mente durante toda una semana, privándome de cualquier tipo de descanso, mientras mi nerviosismo no hacía más que ir en aumento. Sabía que sería incapaz de castigar a un ser celestial, por muy culpable que hubiese sido a los ojos de su Dios, pero lo que más me preocupaba de aquella cuestión, más incluso que mi propia seguridad, era la suya.

Y ahora, que el grotesco y deforme aspecto de mi último visitante me había llevado a entregarlo a aquella multitud depravada y hambrienta, negándole cualquier tipo de piedad tan sólo por la repulsión que me provocaba, sus gritos cargados de dolor  y el recuerdo de su mirada, desde una cuenca hueca, se clavaban en mi mente enterrándome bajo mis propias acusaciones.
Me prometí no dejar que aquel ser sufriese, fuera como fuese, con tal de proteger los restos de mi humanidad y sin embargo allí estaba, sentado en mí templo, dónde parecía que sus gritos retumbaban aún más fuerte.

Permanecí allí, clavado sobre el suelo debatiéndome con mis pensamientos y culpas hasta que el primer alarido llegó a mis oídos.
Le estaban arrancando las alas, la única parte de su anatomía que relucía con una pureza propia y sin igual, en contraste con aquel cuerpo horripilante. ¿Con qué propósito habría mantenido su señor a un ser semejante en su reino? Aquel Dios era conocido por su perfeccionismo, aplicado a todo su amplio mundo, del cual acostumbraba a alardear; sus súbditos y compañeros eran seres tan puros y perfectos como él mismo, poseedores de una belleza abrumadora.
Ninguna de estas cualidades quedaban, sin embargo, reflejadas en el nuevo ángel  caído, quien se decía, además, era uno de sus favoritos. Aquello carecía totalmente de sentido.

Cruzó entonces mi mente una idea, mientras me dirigía lo más rápido que podía, entre las abarrotadas instalaciones, hacia la sala dónde lo había dejado. ¿Y si esas alas, tan distintas a su propio portador, eran lo único que ciertamente conservaba su original aspecto?
¿Podría el dios haber castigado con semejante crueldad a su súbdito, condenándolo a una eternidad no sólo de dolor y torturas en esta dantesca prisión, si no a ser percibido por todos como una aberración deforme?

Era sólo una ilusión, una mentira. Estaba tan claro, maldita sea, de esa manera, podía condenarlo a un dolor y un arrepentimiento eternos, sin dañarlo; podía protegerlo de los criminales de este mundo, sin privarlo de la condena que le correspondía…

Llegué por fin a la pequeña plaza dónde le había abandonado, encontrándome con aquella desoladora y grotesca imagen; su cuerpo, bañado en su propia sangre, estaba tendido inmóvil, rodeado por decenas de demonios que todavía mordían y relamían los restos de su ala desaparecida. Apreté los puños con rabia y mi mandíbula se cerró fuertemente, sin poder apartar mis ojos de aquella pobre criatura. Solo fue necesaria la firme y clara orden que salió de mis labios momentos después para disipar a toda la morralla que le rodeaba.
En ocasiones aun me asustaba oír mi propia voz, cada vez más grave y ronca, más gutural, y aquella vez solo sirvió para aumentar mis miedos de perder los restos de humanidad que todavía guardaba con recelo.

Me acerqué con paso lento hasta aquel cuerpo desmadejado que yacía ensangrentado en el suelo. Por muy horrible, deforme o grotesco que fuese, no se merecía aquello… Nadie se lo merecía.
Al menos habían dejado casi intacta una de sus preciosas alas, aunque tendría que hacerme cargo yo de ella, si no se la extirpaba no duraría ni 24 horas más ahí dentro. Con lentitud me agaché hacia él, arrodillándome a su lado para examinar la profunda herida de su espalda y un suspiro tembloroso salió de mis labios; maldita sea, no era justo. Lo que le habían hecho no tenía perdón.

–Tranquilo… No voy a hacerte daño, te lo prometo. –Llevé una de mis manos a su costado, colando la otra con muchísimo cuidado entre su pecho y el suelo. Su pequeño cuerpo tembló con un quejido ahogado cuando conseguí levantarle apenas un palmo del suelo y supe que aquello iba a ser más difícil de lo que pensaba. –Aguanta un poco, tenemos que darnos prisa… –No teníamos mucho tiempo, porque estaba seguro de que alguna de esas alimañas ya se habría ido de la lengua, en cualquier momento uno de mis superiores llegaría para comprobar si era cierto que había protegido al recién llegado.
El único lugar donde no podrían entrar sin mi permiso era mi templo. Tenía que llevarlo hasta allí como fuese.

Así que lo levanté del suelo, cargándolo con mis brazos e ignoré su exhalación dolorida, echando a andar lo más rápido que podía hasta mi “hogar” en aquella mierda de sitio. Por suerte era plena hora de trabajo y las calles estaban casi desiertas, a excepción de algún que otro demonio que agachaba la cabeza al cruzarse conmigo o que, directamente, se metían en sus propios asuntos.
Igualmente no aminoré el paso  en ningún momento, mirando hacia delante mientras andaba con paso firme y solo pude relajarme cuando pisé por fin los escasos escalones de mármol y cerré la puerta tras mi espalda.

Suspiré aliviado, apoyado contra la puerta y miré el cuerpo que temblaba silenciosamente entre mis brazos. Tenía que hacer algo con esa herida, por no hablar de la enorme y suave ala que dificultaba mis maniobras. En más de una ocasión alguna de sus plumas rozó mi cara y su suavidad me dejó sin aliento. No sabía que había hecho aquel pobre ángel para estar allí, pero iba a lamentar muchísimo tener que extraer ese maravillosamente suave y blanco apéndice de su espalda.
También tenía que hacer algo con esa horrible ilusión, porque el pensamiento de que esa no era su autentica apariencia ya estaba más que asentado en mi mente, pero eso podría esperar. Lo más importante era aliviar su dolor y completar, con más cuidado, lo que esos descerebrados habían empezado.

Viendo que no tenía más opción le llevé hasta mi cama, dejándole con cuidado sobre el colchón y me senté a su lado y alargué mi mano hasta su herida. Intenté no fijarme en esa piel sanguinolenta y venosa cuando coloqué la palma de la mano sobre su herida, dejando que mi poder, el único que me habían dejado elegir y el único que, por tanto, no me hacía sentir como un maldito monstruo, curase su herida y aliviase su dolor.

-

Habría pasado al menos una hora cuando tuve que mover la cabeza notando mi cuello algo atenazado y levanté con mucho cuidado mi mano ensangrentada, viendo con alivio que la herida estaba ya totalmente cerrada, un par de minutos más y la cicatrización estaría completa. Cuando volví a colocar la mano sobre la piel nueva de su espalda noté un movimiento y, girando la vista, vi como flexionaba los dedos de su mano y se retorcía ligeramente sobre las sabanas, despertándose. Levanté la mano, poniéndola igualmente en su cintura por si se sobresaltaba o intentaba levantarse. Lo último que quería era que se cayera de la cama.

 –¿Ya estás mejor, te sigue doliendo la herida o ya la notas curada? –Tragué saliva intentando no borrar la expresión pacífica de mi cara cuando él giró la suya, contemplándome asustado desde esa aterradora cuenca vacía y sin embargo, habría jurado que vi un fugaz destello azulado en ella. –Puedes tumbarte sobre tu espalda, pero con cuidado. Ahora –Le vi asentir débilmente y quité mi mano, no sin alivio, de su cuerpo, dejando que se girase lentamente. Giró su cabeza mirando su propia ala con tristeza, estirándola tímidamente y dio un par de suaves aleteos, pegándola finalmente contra el costado de su cuerpo para poder tumbarse boca arriba  - voy a ver si hay algo más que pueda curar, ¿está bien?

Esperé hasta que volvió a asentir con lentitud y recorrí su cuerpo con la mirada. Una mirada lo más objetiva posible, ignorando las formas y aspecto de su cuerpo, centrándome sólo en sus heridas. Muchas de ellas habían quedado ya cerradas gracias al largo rato que había pasado compartiendo mi poder con él, pero su pecho me llamó considerablemente la atención y me llevó a preguntarme una vez más que clase de cabrón debía ser el Dios de ese casi ángel que yacía en mi cama. La palabra “LUJURIA” quedaba marcada sobre la carne de su pecho, de lado a lado, gravada con cortes profundos sobre ella. Antes de temerme lo peor quise asegurarme de que aquella herida fuese real así que lentamente llevé una de mis manos a ella y la presioné sobre su pecho, abarcando varias de las letras.

–¿Duele? –Le miré atento esperando que diera un grito adolorido, que hubiese sido la reacción normal. Sin embargo tan solo negó con la cabeza, mirándome extrañado como si ninguna de esas letras estuviera ahí, escarbada en su carne. Era cosa de esa “ilusión” que le rodeaba, entonces, así que procedí a explicárselo. –Bien. Aunque tu no eres consciente de ello y seguramente sigues viéndote como siempre, ahora eres distinto. - Al ver la cara de pánico de su acompañante alzó las manos en un gesto de calma –Tranquilo, no has cambiado, pero una ilusión, efecto óptico, “disfraz”… Llámalo como quieras, está haciendo que el resto te veamos… Diferente.

–¿Cómo de diferente…? – Su voz tampoco parecía a ver cambiado y el enorme contraste entre esa preciosa ala y la ligeramente rasposa voz masculina, y su horrible aspecto me descolocaron por un momento. –Quiero verme.

Le vi incorporarse sobre la cama, exigiéndome con un tono urgente y preocupado y me pareció capaz de saltar del colchón en busca del espejo más cercano. Que por desgracia, si, estaba bastante cerca. Así que antes de que pudiera encontrarlo con la mirada le hice volver a tumbarse colocando ambas manos sobre sus hombros y pasé una de mis piernas sobre su cadera, colocando una rodilla a cada costado suyo, solo por si intentaba levantarse. Si que iba a ser más difícil de lo que pensaba…

–Mucho, espero. No, no vas a verte. Es mejor que no lo hagas. –Viendo que iba a protestar decidí que era mejor no darle el tiempo suficiente para ello y alcé un poco más mi voz, haciendo que eclipsara totalmente la suya. –Voy a intentar deshacerme de esa “ilusión”, pero si empiezas a darme problemas te volveré a soltar ahí fuera. ¿He sido lo bastante claro?

Le vi tragar saliva con fuerza, agarrando las sabanas de mi cama entre sus esqueléticos y afilados dedos, para al final terminar mirándome con fijación y asentir.
Cogí aire, soltándolo lentamente mientras me acercaba un poco a él. Era perturbador, mucho, no lo puedo negar, pero necesitaba mirarle a los “ojos”, colocando mis manos sobre su pecho, apenas rozándolo, para entrar en su mente. Al principio opuso resistencia, haciéndome chocar contra un fuerte muro y oí su quejido ante mi intrusión, quizás había sido demasiado brusco. –Relájate, deja la mente en blanco- Volví a intentarlo otra vez, notando como las cerraduras de su mente se iban aflojando a su paso, cayendo abiertas al fin.
El “núcleo” de aquella ilusión tenía que estar por ahí, lo suficientemente superficial, si no sería él el que se vería así, no nosotros.

De repente lo encontró, brillante y tembloroso en una esquina de su mente. En muy poco lo tendría solucionado y descubriría por fin la verdadera apariencia de ese ser. A esas alturas se había vuelto algo personal, así que puse todo mi empeño en deshacer aquel “nudo” que me impedía verle.
Lo cierto es que me costó mucho más de lo que esperaba. Tardé al menos diez minutos en conseguir resquebrajar esa maldita mentira que envolvía su cuerpo y no fue hasta que ya llevaba media hora luchando dentro de su mente cuando, por fin, agotado por semejante derroche de energía liberé su mente nuevamente, saliendo de ella.
Notaba mis propios pensamientos espesos, algo aturdidos después de permanecer en semejante estado de concentración. Con un suave gruñido me pasé las yemas de los dedos sobre mis párpados cerrados, dejándolas descansar un momento contra el puente de mi nariz. Di un suspiro cansado conforme mi mente se aclaraba y la presión en mis sienes iba disminuyendo, dispuesto a abrir los ojos para comprobar si había funcionado o si tan sólo había sido una pérdida de tiempo.

Abrí mis párpados y la visión del ángel que tenía tumbado sobre mi cama, completamente distinto al que recordaba, me dejó boquiabierto y estático.

Su piel, antes amarillenta y venosa, sobre su cuerpo deforme era entonces casi más blanca que mis propias sábanas, marcada en algunos puntos por sombras violáceas, sobre todo en su cuello, y señales de mordiscos, todavía rojizos e incluso un poco sangrantes todavía.
Recordaba haber cargado con un cuerpo esquelético y desproporcionado, pero ahora me costaba incluso creer que esos hombros finos, la cintura delgada, terminando en unas pronunciadas caderas, los muslos que se cruzaban bajo ese finísimo velo que, maldita sea, era casi transparente… Formasen parte de un cuerpo masculino.
He de reconocer que incluso me costó dejar de mirar sus piernas para poder ver su rostro.

Ahí fue donde el cambio era más que perceptible. Antes era prácticamente una calavera con algo de fino pelo, calva en la coronilla, con la carne casi totalmente consumida, en fin, parecía un viejo cadáver.
Sin embargo ahora era una cara perfectamente viva. Pálida, como el resto de su cuerpo, con una adorable nariz redondeada y algo respingona, labios increíblemente carnosos, húmedos y rojizos en contraste con sus pálidas mejillas. Y esos ojos, azules, imposiblemente azules, rasgados, claros y nítidos, ni siquiera ensuciados por el color negro de las pupilas humanas. Su pelo, por otro lado, ahora era espeso y algo ondulado, rubio platino, brillante, y parecía desvanecerse en las puntas, etéreo.

Antes de que llegara, la curiosidad me había llevado de cabeza durante días, preguntándome si realmente sería tan maravillosamente atractivo como mis compañeros me habían estado diciendo que eran todos los ángeles y no voy a mentir diciendo que no me desilusioné totalmente al ver a esa… “cosa” acercándose a mi.
Y ahí estaba ahora, con esa maravillosa cosa tumbada sobre mi cama, entre mis piernas, mirándome expectante seguramente preguntándose si había funcionado o no, cosa que me parecía bastante estúpido preguntar, porque mi reacción habría sido más que obvia, desgraciadamente.
En ese momento tuve dos cosas perfectamente claras: No había nacido para ser un dios, ni mucho menos y, la segunda, aquel ángel iba a darme muchos problemas.



NOTA: Siento MUCHÍSIMO haber tardado tanto, enserio. Ya estoy escribiendo el tercer capítulo y prometo tenerlo como mucho menos margen de tiempo que el que ha habido entre el I y el II.

domingo, 19 de febrero de 2012

A planchar, a rapar~

Buenas!

Que ayer no escribiera ni una puñetera palabra más del capítulo 2 no quiere decir que no fuera un día productivo (no lo fue. No hasta las... diez de la noche?)

El caso.
Los que me conozcáis un poquillo más conocéis más a Araziel (por la tabarra que dí con él durante AÑOS, basicamente) y estaréis al tanto, supongo, de que el pelo de Araziel originalmente no tenía nada que ver con su peluca. El flequillo, y ya está.

ME EXPLICO.
Este es su pelo.
Y así es como debería tenerlo. Má o meno.
(Ignorad a Reif, que ahi era una loca.)

















Y como últimamente el pelo de Araziel me estaba HARTANDO ya (porque aunque en las fotos no lo parezca tanto, era puñeteramente TIESO, y con tieso me refiero a que un pelo de escoba era más flexible.) decidí hablar con Neki sobre la posibilidad de coser una de pelo natural. Pero al final lo descartamos. Fue entonces cuando, después de eliminar el fur por corto, y la lana por delicadeza y faenón para tejerla, me vino a la mente el mohair.
Pero cuando me puse a buscar que pasó? Todas rizadas. No la ondulación suave que me gustaría para él no, rizo. Rizo, rizo. Así que nada tampoco.

Y AHÍ, es cuando me acordé de esa peluca de mohair sintético de dollmore...

...que tenía guardada por casa desde que vendí la Shoyo.
Obviamente, no me vale para NINGÚN personaje mío (pero ni uno eh?) pero aun así fui incapaz de venderla cuando vendí la Shoyo. No se. Fue la típica compra que o la haces o revientas. Llamadlo como queráis, el caso es que no me dio la gana ponerla a la venta. XD

Se me ocurrió una idea disparatada y después de consultar un poco con Neki y googlear un rato me fui al baño a ver que podía hacer.

En un principio iba a lavarla con fairy, dejarla secar y si no se le habían ido los rizos, planchar con muchísimo cuidado. Pero cual fue mi sorpresa al ver que después de un BUEN cepillado (porque parecía un nido de cuervos eso, oye, que a la foto esa los 2 años no se los quita nadie) los rizos habían CASI desaparecido. Probé con la plancha apenas calentada en un mechoncito de la nuca y vi que se quedaba bastante liso así que enganché la plancha y las tijeras....

Y este ha sido el resultado
















Es mohair sintético (supuestamente) y es de dollmore, así que las puntas están en plan fur aspero sí. Pero las raices también. Así que no me quita el sueño XDDDD
Igualmente he de decir que estoy bastante contenta con el resultado, además el pelo es SUPER maleable y puedo hacerle ese maldito moño-que-siempre-lleva-y-que-esa-ñarda-de-peluca-no-permite. (la anterior)

Y nada, aprovechando que he superado el gran trauma que empezaba a crear el dichoso pelo de Araziel, y que mi amor incondicional por este muchacho (no es el favorito. que va.) ha vuelto, me he puesto con la cámara.
Luego he recordado que mi cámara es gilipollas, pero eso es otro tema a parte.








viernes, 17 de febrero de 2012

Y otra y otra...

Lo sé, lo sé.
Ni capítulo nuevo, ni entrada idiota ni nada...
Pero vuelvo a estar OTRA VEZ liada con Historia (Mátenme)

¿Alguna vez habéis tenido que estudiar un tema etc. que fuese, en comparación con los anteriores, DEMASIADO fácil/corto o incluso ambos? Pues eso es lo que pasa.



Pero bueno vayamos a las excusas de verdad xD
Últimamente he estado roleando con mi compañera del alma (que por cierto, no, no ha muerto) y adivinad quien ha sido el protagonista... SI, JESSE! Ese hombre pelirrojo, asqueroso, rebordecido y mayoritariamente desconocido por todos los que estéis leyendo esto!
Y bueno eso. Que ha habido porno sido muy productivo. Me ha ayudado más a definir a Jesse, así como sus problemas familiares, médicos y psicológicos (todos mis OCs están MAL. JAJAJAJAAAAAAAA por qué será...) y a servido para que un nuevo personajillo se añada a la familia de monstruos de Sandra, le costó admitirlo, pero ya está hecho. A lo hecho pecho. (?)

Así que, en pocas palabras, no he podido avanzar casi porque mi rutina diaria a sido rol-clase-rol-dormir (Lo más triste es que es totalmente cierto ;_·) y que ahora que Sandra está en Barcelona de micro-vacaciones y puedo escribir libremente, coge la guapa de mi profesora de historia y me pone un exámen. ♥

Igualmente os prometo que este fin de semana intentaré llegar a las 2-3 páginas, y con suerte quizás el martes o lunes esté subido el capítulo (con suerte porque me acabo de acordar del examen de filosofía que me espera el jueves AAAAAAAAAAAAGGGGGGAGAGAAGAHAGH)



PD: Cuando ShinaDragon vuelva de Barcelona hablaré con ella y quizás empiece a subir nuestro rol (a parte de la historia de ArazielEtc, sí, sigue sin nombre.) para que podáis conocer a Jesse. Al final le coges cariño ♥




Bueno y eso es todo por... esta semana?
Ahora en serio, que asco de vida. Mucha suerte a todos aquellos y aquellas que como yo estén sufriendo con los codos en la mesa y rodeados de libros y apuntes.

Hasta la próxima!

PD2: Al final me vais a hacer escribir sexo entre Araziel y Noah. Espero que estéis content@s. i_i (me quejo por vicio, ya sabéis <3)

miércoles, 8 de febrero de 2012

Gayporn o no gayporn. Esa es la cuestión.

BUENAS!

Sí, lo sé. Han pasado 11 días? y aún no se sabe nada del siguiente capítulo, SOY LO PEOR D: 
Pero he de decir que ya hay CASI una página escrita :'D El caso es que tengo un mini-dilema.... En el capítulo 3 o quizás uno o dos más adelante, debería salir una escena... PONNO. (porno. gay, concretamente. (?)) 
La cuestión está en que no se si lanzarme a escribirla o qué, así que hago lo de siempre... 
Queréis porno o no?

Si no contestáis lo tomaré como un no A_A


Pero bueno vayamos a las cosas importantes.
Recordáis esa FATÍDICA, HORRIBLE, DANTESCA, TORTUOSA, INFERNAL, y demás adjetivos calificativos MU negativos, de estudio de Historia? Esa en la que casi me quise tirar por una ventana. Pues esa.

Y recordáis el exámen? De mierda, que estaba SEGURA de haber suspendido? 


:'D ...

Tengo un 6'25.

Y ya está. No puedo expresar la inmensisima felicidad que me produce ;___; Pero en clase nos pusimos a chillar y saltar (Porque Sandra también a aprovado.)

HURRA.

(Nos leemos♥)

viernes, 27 de enero de 2012

Capítulo I. "The Fall" [+18] [A]


Aun hoy en día siento aquel peso atroz sobre mis hombros, si cierro los ojos un mero segundo...

Ah, la culpa. Nos engaña, enterrándose en lo más hondo de la memoria, simulando su propia extinción, con la única meta de resurgir de sus cenizas, quemándonos con su incurable peso.
Cuán distinto fue aquel sentimiento para mí, antes desconocido, cayendo sobre mí como el más crudo castigo que pudiese haber otorgado mi propio Dios.

Aquel amasijo de huesos, músculos y suaves y blancas plumas, naciendo en mi espalda, palpitaban dolientes contra mi piel a cada golpe que los duros tacones de mis botas daban en aquella tierra hostil,   humeante y desolada, hogar de los desgraciados que jamás verían de nuevo la faz de su antiguo señor en la cúpula celeste. Contemplé ante mí la puerta, por llamarlo de algún modo, de aquella pesadilla; una imponente figura se alzaba estoica ante la misma boca del infierno. Los destellos rojizos del fuego danzaban sobre su tersa piel morena, remarcando los  músculos y tendones con sus cálidos tonos cambiantes, y sobre sus rasgados ojos, rojizos como las ascuas. De pronto, aquellos inhumanos orbes se posaron sobre mi figura, recorriéndome desde el polvoriento suelo, donde se posaban mis pies, hasta la punta de mis doloridas alas; pareció transcurrir una eternidad hasta que finalmente pude ver sus labios moverse lentamente.

Pude ver como tragaba saliva forzosamente antes de echar su cabeza ligeramente hacia atrás con una extraña expresión en su rostro; sus labios se tensaron formando una fina línea, frunciendo el entrecejo y arrugando su nariz en un gesto de lo que parecía ser… ¿Repulsión?
Di lentamente un pequeño paso más hacia él, la respuesta fue rápida y clara, antes de que la totalidad de mi suela se hubiese posado en el suelo, el filo de su “lanza” se apretaba peligrosamente contra el hueco de mi mandíbula.
Oí su voz entonces, por primera vez, pronunciando una breve orden que fui totalmente incapaz de ignorar, traicionado por los involuntarios movimientos de mi cuerpo.

“Sígueme”. Se hizo a un lado, dejando ver una ranura en la puerta entreabierta y alzando su poderoso brazo murmuró brevemente algo que creí identificar como egipcio antiguo, algo muy factible teniendo en cuenta quién era mi “acompañante”. La madera crujió ante su voz, abriéndose sumisamente a su guardián, mostrándome así las vistas de lo que sería mi cárcel para el resto de la eternidad.

No negaré que siempre me lo había imaginado como un lugar en llamas, azufre y demonios carmesís con tridentes y cuernos, bueno quizás no estaba tan seguro de este último punto. Sin embargo aquello no se parecía en nada a las pinturas de los humanos y eran bien pocos los tópicos que se cumplían al pie de la letra. Si bien era cierto que tenían cuernos, pezuñas y cola, y que algunos de ellos eran más pequeños y revolucionados, todos presentaban  una anatomía medianamente antropomórfica. Niños, adultos, jóvenes…
De todas formas, el nuevo descubrimiento no calmó en absoluto el pánico que empezaba a subir por mi columna atenazándome un poco más a cada paso.

Podía sentir todas sus miradas clavándose sobre mí, la gran mayoría acompañadas por una dentada sonrisa voraz, pero pude ver expresada en algunos rostros la decepción; ésta sin embargo no parecía ser un impedimento para mis espectadores, que crujiendo sus nudillos y estirando sus músculos, esperaban ansiosos el momento para atacar.

Era tal el nerviosismo y el trance en el que me vi bajo sus hambrientas miradas que no me percaté de que mi guía había dejado de caminar hasta que mi cara chocó contra su espalda. El calor excesivo que desprendía su piel me tentó a permanecer pegado a él, abrí los ojos admirando los marcados omoplatos sobre la ancha espalda. Vi entonces como se tensaba su cuerpo, antes de oír el estridente sonido metálico de su lanza golpeando el suelo; fue tal la rapidez con la que descargó la fuerza de su potente brazo contra mi rostro, que no pude ni tan solo protegerme.

Alcé la vista, nublada tras el duro golpe, notando el punzante ardor de unas garras marcadas sobre mi párpado-pómulo y la calidez de la sangre resbalando lentamente por mi mejilla. Mi vista se tornó una bruma rojiza y acuosa cuando intenté abrir mi ojo izquierdo, lo cubrí con mis manos en un vano intento de calmar el escozor de la sangrante herida, gimiendo adoloridamente.

“No me toques”. Su voz sonó como un peligroso siseo en mis oídos, incrementando más aún si cabía el atroz pánico que sentía y que me impedía levantarme del suelo, donde habían golpeado mis rodillas al caer con el impacto de su puñetazo.


Esperé alguna reacción más de su parte, escuchando los cuchicheos y risas histéricas de todos aquellos demonios que, esperando el permiso de su superior, se habían ido acercando hasta rodearme por completo. Un rápido y disimulado vistazo confirmó mis sospechas, haciendo mis labios temblar ante la idea de quedarme solo entre todos ellos; sedientos de un nuevo ángel que maltratar tras tantos años, se empujaban unos a otros, llegando a las garras incluso en algunos casos, luchando por llegar a la primera fila.

Contra toda lógica, la mía andaba ya algo maltrecha he de admitir, volví a examinar aquel cuerpo ante mi; El dorado tono de su suavemente bronceada piel, bajo la cual se marcaban sus fuertes músculos. Los tendones, marcados en sus tensos brazos cruzados, se dejaban adivinar también bajo la tersa piel de su abdomen, perdiéndose tras la tela de aquella túnica, de corte claramente egipcio.

Quién sabe cuántos siglos, quizás toda la eternidad, llevaría aquel “hombre” guiando las ignorantes almas de los pecadores con sus brillantes ojos ambarinos y aquellos fuertes brazos hacia las mismas entrañas del infierno. Fijando mis desesperados ojos en los suyos, rezando por lograr algún tipo de piedad, me dejé arrastrar por los recuerdos una vez más…


Todos nosotros, los ángeles, recibíamos una completa educación desde el día de nuestro nacimiento, abarcando las innumerables ramas del conocimiento, ésta se centraba en el pequeño mundo paralelo al nuestro. Era nuestro trabajo, que no deber, vigilar su armonía así como el llevar un constante seguimiento de sus habitantes y su evolución. Y nunca, jamás, había surgido problema alguno con la tarea que teníamos encomendada, hasta que la evolución, caprichosa como ninguna, decidió dar un agigantado paso hacia nuestro propio mundo.

La primera vez que se tuvo constancia de los cambios que estaban sufriendo algunos primates, la atención se posó sobre ellos por encima del resto de seres. Gracias a esta centralización, no fue mucho el tiempo necesario para notar el resto de avances; la  bipedación, un par de dedos prensiles, un nuevo afán de creación surgiendo en sus, cada vez más grandes, mentes…
Cuando la generación de nuestros padres comenzó a remplazar a sus progenitores en la tarea de vigilarlos, los humanos ya vivían en pequeñas aldeas, formando familias. Los más jóvenes disfrutaban entonces de un trabajo al fin entretenido.

Nosotros sin embargo, llegamos en la mejor época según nuestros mayores; no les faltaba razón.

Era el año 1400 aproximadamente (aunque después pasaría a ser conocido como 1200 a.c) y se me asignó la vigilancia de la antigua civilización Egipcia.
Pasar las horas contemplándoles ya no era un trabajo tan aburrido y pesado como siempre lo había sido, ahora nos entretenía presenciar la construcción de aquellos magníficos monumentos, la interacción entre ellos mismos, separados por su propio juicio en dos grandes y lejanos colectivos.
Pronto, observar desde las sombras dejó de ser suficiente y entre mis compañeros de trabajo conseguí sembrar la curiosidad, la necesidad de verlos más de cerca, de escapar. Unidas nuestras mentes y conocimientos no fue difícil encontrar la manera de lograr nuestro objetivo; clandestinos y cautelosos, en nuestras escapadas, cuidadosamente planificadas, no participaban más de tres ángeles, bajo la tapadera de nuestros compañeros.

En las primeras visitas, la cautela nos impidió hablar directamente con ellos o dejarnos ver, pero poco a poco el cuidado fue disminuyendo, al igual que la distancia que nos separaba de ellos.
Llegó finalmente un día en el cual nos dejamos ver por uno de ellos. El brillo de gratitud en sus ojos ante lo que, para ella, era la dulce amabilidad de los Dioses nos impulsó a repetir la experiencia y así, día a día nuestro público fue aumentando secretamente.

Tan caprichosos en aquella tierra joven, cautivados por nuestros etéreos velos y resplandecientes plumas, el sentimiento de adoración al que estaban acostumbrados fue creciendo en algo más. Hombres y mujeres, tanto del dorado como del esclavo Egipto, pasaron de ofrecernos el más fino oro y joyas, frutas o vasijas, a tender su amistad hacía nosotros, su valioso amor. Abrieron sus corazones y sus cuerpos; una tentadora ofrenda que algunos no pudimos rechazar.
  
Por desgracia, ¿quién habría dicho que aquello se extendería, en forma de rumor, entre la amplia comunidad de bastardos ángeles traidores, hasta llegar a los oídos del mismísimo Dios? No hubo piedad alguna para mí por su parte, la sentencia fue rápida y clara. El amor que había nacido en el corazón de algunos de mis cómplices hacia “sus” humanos, salvaría sus almas y suponía el perdón de nuestro líder. Un amor que no floreció en mí, no hubo justificación para mis actos.

Pasaría la eternidad en el otro mundo, no el de mis conocidos humanos, sino en el infierno, en su cárcel, para ser más concretos. Ni siquiera las palabras de mis allegados sirvieron para mi causa, Dios no quiso perdonarme. A mí, el hijo de sus dos más amados trabajadores, mis raíces se remontaban a su queridísimo Gabriel. ¿No guardaban acaso los artistas un perenne amor hacía sus obras? 

Quizás era a ese aprecio al que debía agradecer notar todavía un corazón bombeando en mi pecho. 



Parpadeé rápidamente, volviendo a la realidad. Para mi desgracia, el gesto de Anubis no había cambiado demasiado durante mi breve “deja vú”. Vi como daba un paso hacia atrás, dispuesto a abandonarme a mi suerte entre aquella multitud sádica y hambrienta, y la desesperación me abordó con una intensidad dolorosa.

-Por favor… - Había intentado imponerle a mi voz un tono firme, inocente, pero las suplicas que salían de mis labios apenas si eran audibles, temblorosas y cargadas del miedo que me corroía- Por favor no te vayas…

Aún arrodillado en aquel áspero suelo de piedra, alargué cuidadosamente mi mano hacia el borde de su túnica y sólo al ver que era incapaz de alcanzarla, me di cuenta de lo débil que estaba. Dejé caer mi cuerpo contra el suelo, agotado simplemente por permanecer erguido entre aquella marabunta que, sin darme cuenta, llevaba ya tiempo devorando mi fuerza y sin dejar de mirarle intenté una última vez pedir su ayuda. Pero sólo conseguí emitir un tenue gemido de dolor.

Una mirada de compasión cruzó sus ojos anaranjados antes de que los cerrara para darme la espalda. “Adelante”

Cerré mis ojos con fuerza, sabiendo lo que me esperaba tras su permiso. Mentiría si dijera que estaba preparado para aquel dolor, al igual que si afirmase que algún día podré llegar a estarlo.

Decenas de afilados colmillos y garras se clavaron en mi cuerpo y en la sensible carne de mis alas, totalmente expuestas a la multitud enfebrecida. Algunos sujetaban mi cuerpo contra el suelo, apretando mis brazos y piernas con tal fuerza que estaba seguro de que ya estarían llenos de moratones. Intenté debatirme, pero las fuerzas me fallaban y su agarre era demasiado resistente, era imposible escapar de aquello. En ese momento lo noté, varios puños que se ceñían a mis plumas se deslizaron rápidamente, arrancándolas. El dolor fue insoportable, alaridos frenéticos desgarraban mi garganta mientras mi vista se volvía negra. Era como una oleada de fuego, concentrado en mis omoplatos, acompañado por millares de agujas incandescentes, corriendo y atravesando mis venas.

Los tirones continuaron lo que pareció una eternidad, cada vez más seguidos y lentos, más horriblemente dolorosos. Dejé de escuchar mis propios gritos sobre el zumbido de mis oídos y la risa macabra de mis agresores, aunque estoy seguro de que podían oírse en todo el infierno.
Llegó entonces lo peor, unas garras apretaron mi garganta dejándome sin respiración cuando un pie se hundió con rabia entre mis omoplatos, sacándome el aire de mis pulmones. Varios más siguieron el ejemplo, situándose en distintas alturas de mi espalda, mientras pares de garras se enterraron en lo que quedaba de mi maltrecha ala, agarrándola con fuerza. Y tiraron.
Los músculos de mi espalda aún se comprimen con dolor cada vez que lo recuerdo. Era peor que cortarte un brazo con una sierra oxidada, peor que arrancártelo, mucho peor.

Mi cerebro sufrió un shock y dejé de ver, de oír, solo podía sentir el dolor de la carne abierta en mi espalda, la sangre brotando sin fin, ardiendo al contacto con mi propia piel, llena de golpes y cortes. En una situación distinta, habría muerto tras el primer manojo de plumas que me fue arrancado, ni mi mente ni mi cuerpo lo hubieran soportado; pero en el infierno, como en el cielo, no puedes morir. Por mucho que lo desees.

Lo que pasó después se escapa de mis recuerdos, aunque tampoco me interesa saberlo, pero los golpes y las agresiones cesaron, me quedé solo, cubierto en mi propia sangre y plumas.

Llegó entonces aquella puta piedad que tanto había anhelado, concediéndome el descanso de la inconsciencia. 









NOTA: Este capítulo se lo dedico al cacahuete cumpleañero. Felicidades loca♥

TATATACHÁN

Ya está!

El capítulo está listo!


De hecho lo está desde esta mañana, pero como soy así de noob en esto del blogger y tenía unas dudas he preferido esperarme para hablar con Momo. Pero como no ha llegado aún (y puede que no llegue

Esta es para, básicamente avisar de un par de cosillas sobre la historia;

- Los puntos de vista desde los que está contada la historia se van alternando. Ej: Araziel - Noah- Araziel - Noah (etc) 
Igualmente, cada capítulo estará marcado [A],[N],[J]... etc. para evitar líos.

- Aun no tengo el 2º capítulo redactado (en mi mente está todo perfectamente amueblado, así que no os preocupéis e_e) y ahora que me acechan los exámenes no se cuando podré tenerlo, sinceramente. Esperemos que pronto!

- El primer capítulo contiene un poco de... Gore? No sé, pondre un aviso [+18] en los capítulos que considere dignos de advertencia. XDD

- SIGO sin tener título para la historia, así que de momento se queda sin. Estamos debatiendo posibilidades (de momento tenemos 0 opciones. Ahí lo dejo.)




Y eso es todo!! Ahora ya dejo de dar el coñazo y os dejo con el esperado capítulo :]

Espero que os guste


jueves, 26 de enero de 2012

Buenos (?) días!

*Llueven cuchillos.*
Sí sí, lo sé dije que a día de hoy ya estaría subida (o en proceso) la famosa "foto historia" y terminado el 1º capítulo de ------ (tengo que buscarle un buen nombre a la historia) pero como siempre voy a acabar dándoos un recital de excusas♥. Allá va.

¿Recordáis ese infernal examen de historia de España que estuve preparando una semana entera?
Bien... Pues digamos que si que fue infernal, sí.  (Dejo caer que hoy he soñado que sacaba un 5'8 y el nivel de felicidad era equivalente al de ganar la bono-loto.)
Y como yo y mi conciencia somos tan especiales, salí totalmente martirizada del examen y al llegar a casa me duche y me acosté = Capítulo intacto.
Al día siguiente (ayer por la mañana, situémonos) para cuando quise ponerme a escribir, me acordé del maravilloso *NO* trabajo de inglés que tenía que hacer = Capítulo intacto.

La noche de ayer la dediqué con Sandra a releer (mi) rol pornofestivogay del verano pasado. No hay más explicación. = Capítulo con telarañas.

Yyyyyyy esta mañana la estoy dedicando, va enserio, a ver que rotuladores funcionan. (En una caja con almenos 50?) así que no, tampoco podré seguir escribiendo hoy :'D


Así que a ver si esta noche puedo seguir con la historia y mañana sin falta subo el primer capítulo.

Hasta entonces! :'D

martes, 24 de enero de 2012

Con plomo en el estomago

HOLA.

Esta va a ser una entrada corta. (Y esta vez de verdad)
Hoy, día 24-1-12 a las 13:13 (vaya) me encuentro a HORAS de ser libre POR FIN, después de pasarme una semana ENTERA estudiando historia de España todos los días, entre 2-9 horas dependiendo del día en cuestión.
Si algun@ de vosotr@s, mis queridisimos y queridisimas lectoras, tenéis la esperanza de ver redactada la historia de mis oc's redactada... Ponedme una vela, rezarle a algun dios, el que sea, LO QUE SEA, para que apruebe :'D

(Es broma)
Antes de empezar a estudiar la semana pasada (AAAAAGHHH) empecé a escribir la historia de mis oc's (Debería ponerle ya un nombre y cambiar asi de paso el título del blog, el archivo de word se llama "Naraku no memories" porque básicamente se lo puse hace años... Pero ahora ya no me convence demasiado ·_· )
EL CASO, ya llevaba un buen trozo escrito cuando tuve que parar todas mis actividades sociales/lucrativas para dedicarle mi vida al siglo XIX Español.

Así que esta noche, que ya seré LIBRE, me pondré a seguir con ella  y si da tiempo igual antes del finde os cae la primera "FOTOHISTORIA"! (Que es más bien un capítulo ilustrado, porque mis "foto historias"  tendrán más texto que imágenes, la mayoría de las veces.)
Podéis confiar en mi, la foto historia en cuestión ya esta en borradores así que solo tendré que darle a un clic.

Y esto es todo. (Aun tendría que haber sido más corta esta entrada... No tengo remedio.)
DESEADME SUERTE ;____________;


domingo, 8 de enero de 2012

Con las pilas cargadas!

Buenos días a todos (y todas)!

He dejado esto bastante abandonadillo durante las fiestas, pero claro entre comida familiar, cena familiar, reunion familiar, dsijhdinimsdjk familiar y etcéteras navideños, no hay tiempo.
Pero más que por el tiempo, el dilema viene en el mismo temita de siempre: no tengo tema del que hablar, precisamente. No por ahora.

Exacto! "Por ahora", habéis leído bien.
Seguramente la gente que me siga en otros sitios de Internet (deviantart concretamente) se habrá dado cuenta de que ha pasado algo con los protagonistas de este blog, ha aumentado la plantilla!
Sin embargo tampoco ahí de aportado demasiada información de los 3 "nuevos" (ya llevaban muchos meses fraguando en mi cabeza secretamente) así que a los que estéis curios@s, tendréis que esperar (SÍ, un poco más XD).

De momento diré las cosas más importantes respecto a estas nuevas "creaciones":

-No formarán parte de la historia ArazielETC, ya que son humanos, y no no quiero meterlos en el mundo "fantasia" que tenemos montado. Igualmente, que sus historias no sean la misma/estén una dentro de otra,etc no quiere decir que no se conozcan (por ejemplo, Araziel és el tatuador de 2 de ellos)

-Como bien he dicho, son humanos y son 3; 2 chicos y una chica (UNA MUJER. EN MI CASA. Apocalipsis)

-Hasta ahora siempre había tenido por un imposible al personaje "principal" de esta historia aparte, por no encontrar un molde que me cuadrara para el sin necesitar quilos de epoxy y lija, además de que, seamos sinceros, ya es multitud resinil.
Peeeeero, como al final iba a ser inevitable (lo era), terminé poniéndome a buscar y ayer de repente, PAM. SE HIZO LA LUZ, gracias a una (majísima, por cierto) chica del Deviant que subió una foto de su hombre. El Lester (Souldoll). El caso es que ya conocía ese molde (una conocida mía estaba interesada en él) pero nunca pensé en el para mi Jesse (1º spoiler, ya estamos XD) hasta que vi la foto de esta chica. Siempre digo que las customs caseras son TODO para poderte guíar en esto de buscar molde, pero creo sinceramente que es el primero que veo SIN el maquillaje default. Y menos mal!

Por otro lado, mientras dibujaba por primera vez y totalmente al tuntún (sin pensar en ningún molde, no estoy muy familiarizada con resinas femeninas XD) a Corey (2º bomba. Mira que lo sabía yo.) en clase, Sandra me iluminó encontrando el molde perfecto para ella al instante, que conocía gracias a Momo. Una Lina (Supiadoll).

Así pues, el único que se queda descolgado, dando problemas de cabeza (MÁS AUN) es nuestro querido Julio. Problemas de cabeza porque ahora su molde tiene que estar entre los 58 y los 60 cm (60 sí o sí, vamos.)

En fin, ya veremos que sale!

Después de todo este TOSTÓN (porque lo es, que lo sé) os dejo que veais a 2 de los nuevos integrantes de la familia.


 Jesse Hannes Fyrsken                                                 Cornelia Kajsa Fyrsken (Corey)


(Podéis verlos en grande en mi deviant)

Y eso es todo por hoy!
Mañana al instituto otra vez, así que a todos aquellos que tengáis que volver también mañana, muchos ánimos con esas clases! :'D