lunes, 17 de octubre de 2011

Ángel nuevo, jaula nueva.



Bueno, pues visto que ya no había manera de recuperarlo,
he aprovechado las 2 horas libres que teníamos perderme por los alrededores de la plaza redonda. Me habría gustado encontrar algo parecido, o no haberlo perdido nunca, para que engañarnos, pero ya iba con idea de que no habría nada completamente igual.
No hay dos iguales, cada uno tiene un sonido distinto, aunque sea un matiz, y la apariencia, OBVIAMENTE, nunca es igual.
Pero cuando pase un tiempo, quizás no tanto, me acostumbraré.

Por que esto nuevo no es malo, en absoluto. Es quizás incluso más
bonito que el anterior, más elaborado y más resistente; su sonido es más fuerte y brillante,
menos frágil y étereo como el anterior.
Y, vale, puede que nunca pueda olvidar el otro, al fin y al cabo, tres años pesan ¿no? Con sus más y sus abundantes menos. Pero se quedará en eso, en un recuerdo "bonito" y ya está. Habrá fotos, recuerdos, y millones de cosas más que me lo recuerden.



No se puede vivir echando de menos algo que ya NO existe.








¿Atrapa-ángeles, cuándo he dicho yo algo de atrapa-ángeles?

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